martes, 30 de diciembre de 2008

UN GRUPO DE AMIGOS



me invitaron a participar, como jurado, en un concurso de Poemas Navideños; asunto arduo y preocupante para mí, pero os aseguro que lo hice lo mejor que pude. Juzgar el trabajo ajeno es ¡tarea terrible! Creo que todo el que voluntariosamente, con ilusión, se enfrenta a un folio inmaculado, lápiz en ristre, con sed de plasmar esa idea que bulle en su mente merece, por ese solo hecho, un premio.

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